jueves, 30 de junio de 2016

¿Qué pasa si tenemos que hacer un examen oral?

Como creo que todos sabemos, un examen de carácter oral suele resultar algo más complicado que un examen escrito, ya que en el segundo caso tendremos más tiempo de reflexión y podremos organizarnos mucho mejor las respuestas. De ese modo, se puede empezar por las preguntas que mejor se lleven, algo que, probablemente, no podamos hacer en el caso de un examen oral.

En el caso del examen oral, nos enfrentamos una mayor presión debido a la falta de tiempo para poder pensar bien cómo abordar la respuesta. Además, hay que sumar que la presencia propia del profesor ante nosotros esperando expectante la respuesta… impone bastante más, lo cual es un factor que podrá favorecer la aparición de nervios con más facilidad.

No obstante, a pesar de todo esto, un examen oral puede llegar a tener sus ventajas, ya que nos dará la oportunidad de poder “lucirnos” delante del profesor si de verdad lo llevamos correctamente preparado.

Tengamos en cuenta que, al contrario de lo que ocurre con un examen escrito, podremos profundizar mucho más en la respuesta, por aquello de que hablar es más rápido que escribir. Así, podremos realizar comparaciones más extensas, detallar más los aspectos del tema, etc.

Lo que tenemos que intentar hacer antes de enfrentarnos a una situación de examen oral será pensar que solo es una manera distinta de examinarse. De ese modo, nos obligamos a prepararlo todo lo bien que se pueda, que, al fin y al cabo, será lo que tendremos que hacer si no queremos que los nervios nos jueguen una mala pasado (que puede pasar igualmente), pero la clave estará en saber llevar la narración lo mejor posible. Así, aunque podamos dudar, el profesor sabrá ver también que sabemos cómo conducir los datos.

Esto también nos ayuda a mejorar la rapidez mental, pues tenemos que tratar de ir desenvolviéndonos sin que se noten demasiado los momentos de posible vacilación.


De hecho, algo que suele suceder en este tipo de exámenes es que se trata más de una interacción con el profesor. Es casi una especie de diálogo donde, si se tiene suerte, el profesor también hará un papel fundamental en la guía y, si estamos atentos, podremos obtener ciertas pistas para desarrollar la materia, haciéndolo siempre con nuestras propias palabras.

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