Según cómo decidamos
organizar nuestro estudio, podemos optar por dos opciones, según preferencias o
según cómo notemos o consideremos que mejor nos va a cundir. Por un lado, podemos
centrarnos en un estudio concentrado y, por otro, en un estudio fraccionado.
En el primer caso,
el estudio del tema en cuestión (o incluso asignatura) se va a concentrar en
unos pocos días, por lo que tendremos que dedicar más horas al día (lo cual es
ideal, si contamos con tiempo libre) hasta que consideremos que ya tenemos todo
dominado.
En el segundo caso,
el estudio se realiza de manera más fraccionada, poco a poco, pero sin abandonar
cierta frecuencia. Es decir, cada día ha de encontrar un momento idóneo para el
estudio y estudiar durante un rato el tema que corresponda.
Siendo realistas, el
primer método puede llegar a resultar demasiado pesado, por lo que es mucho más
recomendable ir estudiando poco a poco, pero sin dejar que nos pille el toro.
Puede resultar muchísimo más provechoso, pues nos facilita la asimilación de la
información que vamos leyendo, los conceptos, etc., y esto se va manteniendo de
manera más sencilla en la memoria a largo plazo.
También podemos
organizar nuestro estudio en función de la división que presente una asignatura.
En este sentido, hay que tener en cuenta dos posibilidades: hacer una retención
y memorización global o ir por partes.
En el primer caso,
la información se tendrá en cuenta en todo su conjunto. Es decir, realizamos
una lectura de principio a fin de la lección en cuestión. Tratamos de memorizar
y de repetir la lección las veces que sea necesarias.
En el segundo caso,
como se señalaba también en uno de los casos anteriores, el tema se dividirá en
secciones. Así, realizaremos una primera lectura global, para pasar a estudiar
más detenidamente parte por parte, hasta que consideremos que ya tenemos
dominada ese tema. Tras esto, trataremos de abordar la lección al completo,
para cerciorarnos de que no tenemos lagunas entre los epígrafes.
Como señalaba al
comienzo de esta entrada, la elección de una técnica u otra deberá apoyarse en
las preferencias de cada estudiante, puesto que cada uno estará más cómodo
realizando una u otra posibilidad. No obstante, suele ser mejor opción el
segundo método, aunque no tiene que ser necesariamente así.
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